La Virgen de la Paloma en Madrid

Si bien la Patrona de la Villa de Madrid es Nuestra Señora de La Almudena, la Virgen de la Paloma es una advocación mariana de gran tradición popular en la capital del Reino.

La imagen de la Virgen de la Paloma no consiste en la habitual representación mariana en una talla o estatuilla, sino que es un cuadro que se encuentra en el centro del retablo existente en el altar mayor la Parroquia de la Virgen de la Paloma, frente a la Plaza de la Paloma, en el madrileño barrio de La Latina.

Goza de gran devoción y se la honra anualmente con fiestas castizas.

La tradición  viene  de  los  últimos  años  del  siglo XVIII  y cuenta que unos niños del barrio, encontraron  un  cuadro  de  la  Virgen que estaba en  un  montón de leña existente en una tahona de la vecindad.

Una humilde vecina de la calle de La Paloma, María Isabel Andrea Tintero, al verlo en manos de los niños, que lo usaban para jugar, lo puso a salvo brindándole un portalillo de su propia casa.

El marqués de Casa-García Postigo, alcalde de Madrid, refirió el hecho por escrito en 1791, informando que "... resulta que la expresada Isabel Tintero, mujer de Diego Charco, de ejercicio cochero, viendo a principios del año 1787 que unos muchachos llevaran arrastrando como por juguete un lienzo de Ntra. Sra. de la Soledad, lo arrebató de las manos de aquellos, lo hizo retocar y lo colocó en marzo del propio año en el portal de su misma casa, y esmerándose en su culto, le ha promovido con tanto fervor que ha conseguido extender su particular devoción; de modo que se hallan alumbrándola varios faroles y lámpara a expensas de personas de primera clase, además de las muchas velas que la devoción de los fieles la presentan, reconocidos a los singulares beneficios que dicen haber conseguido ellos por intercesión de esta su Poderosa Madre, y en señal de este reconocimiento se ven las paredes de la actual Capillita llenas de presentallas. (...) A impulsos de esta devoción se reza el Rosario todas las noches ante esta santa Imagen, cubriendo el Concurso gran parte de la calle...".

Poco después comenzaron a atribuírsele milagros, trascendiendo hasta la Casa Real.

María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV y reina de España (entre 1788 y 1808), habría sido una de las más fieles devotas de la Virgen de la Paloma.

Refiere la tradición que, estando gravemente enfermo uno de sus hijos, la reina lo encomendó a la Virgen y aquél sano. La reina acudió a la capilla con su séquito, brindando en ofrenda el traje más valioso de su hijo; disponiendo, además, que los gastos de iluminación de la capilla quedaran a cargo de Palacio.

Desde entonces, día a día aumentó el número de creyentes que llegaban al lugar, superando la capacidad del portal donde estaba la imagen, donde ya no se pudo recibir a todos.

Isabel Tintero destinó una habitación de su casa al culto pero, aún así, la falta de espacio subsistía; decidiéndose a encarar la construcción de una pequeña capilla en un solar contiguo de la misma calle de La Paloma. El realizador del proyecto fue D. Francisco Sánchez, discípulo del arquitecto originario de Ciempozuelos (Madrid) D. Ventura Rodríguez. La construcción de la capilla, dedicada a Nuestra Señora de la Soledad, que se levantó con el esfuerzo de Isabel Tintero y el apoyo de la Casa Real, concluyó en 1795. Aunque fue dedicada a Nuestra Señora de la Soledad, siempre fue denominada popularmente "de la Paloma", por la calle donde estaba situada. Durante la ocupación por parte de los franceses, Isabel Tintero mantuvo ocultos el cuadro y las joyas de la Virgen. Da. Isabel falleció en el año 1813.

La Paloma siguió recibiendo fieles, en número cada vez mayor. En 1891 pasó a ser la Parroquia de San Pedro el Real, resolviéndose entonces la construcción de un nuevo templo, teniendo en cuenta las malas condiciones edilicias del existente hasta entonces. La construcción se inició en 1896, concluyendo en 1912, siendo un edificio de estilo neomudéjar con elementos góticos; siendo prolijamente restaurado en el año 1978.

 

Las fiestas

La Virgen es patrona del Cuerpo de Bomberos de Madrid. Cada 15 de agosto, tras celebrarse la Santa Misa en la Parroquia, los bomberos descuelgan el cuadro y, formando guardia de honor, la llevan en procesión, que concluye con el emplazamiento de la imagen en su sitio habitual. Aún desde días antes comienza la actuación de destacados intérpretes de música popular, grupos de rock y la presentación de cuadros estrictamente castizos, con la colaboración de diversas entidades locales, como la Agrupación "De Madrid al Cielo" y otras asociaciones castizas como “El Orgullo de Madrid”; también se desarrollan actividades especiales, como la Fiesta de Chulapos infantiles y los concursos de Tortilla de Patatas, de Poesía Castiza, de dibujo y de abanicos, entre otros. Sin que falte el baile popular.

Todas estas actividades se llevan a cabo en las inmediaciones de la Parroquia y la Glorieta de la Puerta de Toledo, la calle de Toledo, la de Calatrava y aún en sitios algo más alejados, pero de mayor amplitud, como los Jardines de las Vistillas, situados a un lado del viaducto de la calle de Bailén, antes de su cruce por sobre la calle de Segovia.

 

La zarzuela

En una de las piezas más populares del género de la zarzuela, “La Verbena de la Paloma” (o “El boticario y las chulapas”) se refleja magistralmente el popular barrio castizo y chulapo de Madrid en el siglo XIX, en la letra del madrileño Ricardo de la Vega (Madrid, 1839- id., 1910, hijo del célebre dramaturgo hispano de origen argentino Ventura de la Vega), a la que pusiera música el brillante maestro salmantino Tomás Bretón. Aquella de los versos que dicen:

¿Dónde vas con mantón de Manila?
¿Dónde vas con vestido chiné?
A lucirme y a ver la verbena,
y a meterme en la cama después.

“La Verbena de la Paloma” se estrenó la noche del 16 de febrero de 1894, en la segunda sesión del Teatro Apolo de Madrid, con singular éxito desde el principio.

Cuarenta años después, en 1934, el destacado director madrileño D. Benito Perojo la llevaba al cine, en una producción cuyo elenco integraban, entre otros, Miguel Ligero, Rafael Luís Calvo y Dolores Cortés.

 

Cómo llegar

Estando en Madrid, se llega fácilmente, a la Parroquia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real, situada frente a la Plaza de la Virgen de La Paloma, en el castizo barrio de La Latina.

Tomando como referencia un lugar bien conocido y de fácil acceso, la Plaza Mayor de la capital del Reino, salimos de ella por la Puerta de Toledo (situada en el lado sur, donde se encuentra la Casa de la Carnicería, enfrentando la Casa de la Panadería) y comenzamos a caminar por la calle de Toledo.

Poco después, tras cruzar la calle de la Colegiata, estaremos pasando frente a la antigua Catedral de San Isidro. Algo más adelante cruzaremos la calles de San Millán y la de las Maldonadas (por la plaza de la Cebada, donde están los accesos a la estación de Metro de La Latina) prosiguiendo la marcha por la calle de Toledo hasta la de Calatrava (a nuestra derecha), siguiendo por ésta hasta la primera intersección, que es la de la calle de La Paloma (a la izquierda) y, prosiguiendo la marcha por ésta última, enseguida estaremos frente a la Parroquia de la Virgen de la Paloma (a nuestra izquierda) y la plaza de la Virgen de la Paloma (a la derecha), muy cerca de la Glorieta de la Puerta de Toledo.

El cuadro de la Virgen de la Paloma (Nuestra Señora de la Soledad), puede verse en el altar mayor.

Texto y fotografías: Enrique F. Widmann-Miguel
Miembro fundador de la Asociación de la Prensa Española en Argentina (APEA)
Buenos Aires, julio de 2010

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Autor del artículo

Enrique F. Widmann-Miguel

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